La vitamina E actúa como un potente antioxidante que protege la piel del daño diario, mejora su hidratación y favorece la regeneración celular. Sus beneficios se ven más claramente con el uso constante durante al menos 4-6 semanas, especialmente cuando se combina con vitamina C, vitamina D o selenio. Su uso tópico junto con nutrición adecuada ofrece mejores resultados que aplicarla solo de una forma. Se deben tener precauciones si la piel es grasa, sensible o si se usan suplementos sin orientación profesional.